Antònia Amengual Cañellas

Maestra artesana siurellera, con la carta núm. 820, ha seguido, desde muy jovencita, la tradición familiar de la artesanía del barro. Aprendió a hacer siurells junto a su madre, Francisca Cañellas Roig. Hija y nieta de ollers, Antònia Amengual se casó, en 1987, con Bernat Amengual Reynés, uno de los propietarios de l'Olleria Cas Canonge. A través de esta empresa, continuó fabricando siurells y participó en la Fira del Fang de Marratxí y en otras ferias de Mallorca. Hacia el año 2005, Antònia Amengual y Bernat Amengual crearon la empresa Siurells Can Antònia. .

A partir de aquí, los siurells tuvieron un sitio propio en las siguientes ediciones de la Fira del Fang y en otras ferias. A Siurells Can Antònia, ubicada dentro de la Ollería Cas Canonge, se pueden encontrar todo tipo de siurells, tanto tradicionales como innovadores, y si no se encuentra el siurell que se busca, se puede encargar.

Historia del Siurell

Su origen se remonta a épocas ancestrales. Hay quién piensa que viene de un antiguo juguete árabe. En Mallorca la opinión popular es que los fenicios los importaron, también hay formas similares en Cerdeña, Eivissa y Creta. Las formas similares de Creta se encuentran en el museo de Hiraclion procedentes de unas excavaciones del Palacio de Knossos. También se piensa que pueden venir de los griegos muchos siglos antes de Jesucristo. Los Siurells son un misterio. No se sabe cual es su antigüedad, ni su significado ni su origen. Hay quién piensa que sólo es un juguete pero también se piensa que puede tener un valor religioso. Algunas coincidencias y similitudes lo enlazan con la arqueología de Creta, chipriota, griega, sarda.

Cuando fuera que surgió la figurilla del Siurell, se han atribuido a esta pequeña flauta fuerzas mágicas. Los vientos de Mallorca, Gregal, Llevant, Xaloc, Migjorn, Llebeig, Ponent, Mestral y Tramuntana, infundían algunas veces gran temor. Para sus habitantes eran fuerzas incontrolables de la naturaleza a las que estaban expuestos sin remedio, y empleaban los silbidos del Siurell como un tipo de tótem ante los vientos tempestuosos.